Dicen que las hormigas no nos ven a nosotras las personas porque somos tan grandes cuando estamos cerca de ellas que no cabemos en su campo de visión. Yo creo que a nosotros nos pasa lo mismo con la mayoría de las cosas, son tan obvias que somos incapaces de verlas y necesitamos que una imagen, un gesto o cualquier imprevisto, por casualidad, nos abra los ojos.
Lo que hagamos después de darnos cuenta de estas lecciones de vida es nuestra propia elección.
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